"La gaceta" 14 de febrero de 2013
-¿Cuántos tipos de morosos podemos encontrar?
El primer tipo es el del cliente que no hay manera de que te pague si no le
llevas a juicio y aún así, no te pagará. Otro tipo es el del cliente que te
paga mucho más tarde de lo pactado, que es la acepción más normal. Luego está
la morosidad instituida, que es la que obliga al proveedor a aceptar un plazo
de pago mucho más largo de lo que sería correcto desde el punto de vista
financiero. Son las grandes empresas con capacidad de negociación con un
proveedor. Marcan los plazos y hacen firmar al proveedor un contrato.
-¿Puede entenderse como una coacción?
No es una coacción directamente, pero sí un recurso comercial que tienes
que aceptar porque si no, no vendes tus productos. Es una práctica a combatir,
porque en el mejor de los casos puede pagarte a los 150 días, lo que no deja de
ser un abuso de una posición dominante y eso es algo que hay que combatir.
-¿Ser moroso es hoy rentable en España?
Para el deudor, siempre. Una empresa para financiar su activo corriente
tiene ahora tres fuentes: recursos permanentes o capitales propios, el fondo de
maniobra, el crédito de tus proveedores y el crédito de los bancos. El fondo de
maniobra en muchos negocios es negativo. A través de los bancos te cobran
buenos intereses y últimamente ni siquiera te prestan. Te queda el recurso de
financiarte con los proveedores. Pero si a tus proveedores les dices la verdad,
no te van a suministrar. Cuanto más debes a tu proveedor más fuerza tienes para
presionarle.
-¿Cómo es el moroso tipo en España?
Hay gente inconsciente que monta un negocio al creer que va a ser algo
fácil. Cuando las cosas van mal, decide no pagar. Es un motivo habitual de
morosidad. Otros son totalmente conscientes. Son los que sólo se plantean pagar
a un 25% de los proveedores.
-¿Cuál es el perfil del moroso profesional?
Suele ser empresario entre comillas. Trabaja en empresas de
intermediación, distribuidoras comerciales, no están consolidados y son
negocios con una antigüedad de menos de dos años. Se trata de gente muy hábil a
nivel social, se sabe ganar la confianza de sus proveedores. Su apariencia es inmaculada,
lleva buenos trajes, buenos coches de alquiler que, por supuesto no pagan. Son
gente que salta de un sector a otro. Suele ser hombre, muy pocas mujeres, con
una edad a partir de los 40 años, de clase alta o por lo menos lo aparenta, y
muchos de ellos tienen estudios universitarios o de posgrado, con algún máster
de escuelas de negocios. Tiene un discurso tan creíble que te crees todo lo que
cuentan aunque sea increíble. Tiene un punto de estafador. A nivel particular
son bastante caóticos. No sabes nunca si está casado, soltero, divorciado o
viudo. Vive en grandes ciudades, en los barrios más lujosos y lo hace de
alquiler. Nunca tienen propiedades a su nombre y si las tiene, las oculta en
sociedades patrimoniales. Vive al día. Cuando las cosas van mal, coge las
maletas y desaparece.